Mónica Villarroel Quiero, Magíster en Gestión de Empresas de la Universidad del Bío-Bío
Mónica UBB

Mónica Villarroel Quiero, Ingeniera de Proyectos Institucionales, destaca el Magíster en Gestión de Empresas de la Universidad del Bío-Bío, cursado entre 2022 y 2023, por su enfoque integrador entre gestión y tecnologías, que fortaleció significativamente su perfil profesional. También valora la calidad del cuerpo académico y la sólida reputación del programa.

 ¿Qué la motivó a interesarse por este programa de postgrado y cuáles fueron las razones fundamentales que la llevaron a elegirlo?

Mi motivación principal fue encontrar un programa de alto nivel que me entregara herramientas estratégicas para el futuro. Elegí el MGE de la UBB por tres razones fundamentales:

  1. Enfoque integrador y pertinente: Es un programa consolidado y reconocido por su calidad, pertinencia e innovación. Destaca por integrar transversalmente la Gestión Empresarial con los Sistemas y Tecnologías de la Información. Esta visión transformó mi perfil profesional, entregándome herramientas para enfrentar desafíos organizacionales complejos con una mirada global y especializada.
  2. Solidez académica: El cuerpo docente, mayoritariamente con grado de doctor y activo en investigación y vinculación, aseguró un proceso formativo riguroso, actualizado y de excelencia.
  3. Reputación y garantía institucional: Mi decisión se consolidó por el respaldo institucional de la UBB. El MGE está acreditado por tres años (2022–2025) y recientemente finalizó su tercer proceso de acreditación (2025), lo que valida su calidad mediante rigurosos procesos externos. Además, al estar articulado con la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado (VRIP) y ocupar un rol estratégico dentro de la Facultad de Ciencias Empresariales (FACE), el programa me ofreció confianza y una inversión educativa segura y de alto retorno.

 

Desde su experiencia como graduada, ¿cuáles considera que han sido los aprendizajes o contribuciones más significativos del programa en su desarrollo académico y profesional?

Desde mi experiencia, la contribución más significativa es la capacidad de transformar conocimiento especializado en soluciones de alto valor.

  1. Desarrollo de competencias estratégicas: En el ámbito profesional, el programa me permitió consolidar tres competencias clave: análisis de problemáticas, diseño de soluciones y visión integradora. Esto me preparó para formular respuestas eficaces y eficientes ante los desafíos organizacionales del entorno global.
  2. Eficiencia y logro académico: La exigencia del programa y el acompañamiento constante se tradujeron en resultados concretos. Recibí una preparación avanzada para enfrentar contextos dinámicos, lo que se evidenció en altos niveles de logro académico y en la finalización del programa en un tiempo óptimo.
  3. Liderazgo tecnológico (TI) y transformación digital: Una de las contribuciones más relevantes fue la integración estratégica de la dimensión tecnológica, fundamental para mi tesis. El MGE trasciende la gestión tradicional, formando profesionales capaces de liderar la Industria 4.0 y la transformación digital, con dominio en análisis y ciencia de datos. Estas competencias las he aplicado exitosamente en mi labor diaria, entregando soluciones actualizadas y competitivas para organizaciones en un entorno global dinámico.
  4. Participación en el Centro de Graduados/as: Un activo de gran valor es la integración al Centro de Graduados/as, donde actualmente soy delegada de la sede Concepción. El MGE cuenta con 159 profesionales activos, conformando una extensa red de valor y conocimiento experto. Esta comunidad facilita la vinculación profesional, el networking y la mejora continua del programa. De hecho, el Centro impulsó la participación de graduados/as en clases a través de asignaturas, iniciativa acogida por el MGE. Gracias a ello, hoy existen cupos limitados para que los graduados accedan a asignaturas de actualización, manteniendo su formación vigente y pertinente.

En su opinión, ¿qué aspectos distintivos tiene este programa al impartirse en una universidad estatal y en qué se diferencia de otras ofertas similares?

La impronta de una universidad estatal es un diferenciador clave que se traduce en calidad, equidad y un compromiso real con el interés público.

  1. Compromiso con la equidad y el acceso: El programa ofrece un sólido modelo de becas que ha beneficiado al 70% de los estudiantes entre 2020 y 2024, facilitando el acceso a un postgrado de excelencia.
  2. Impacto birregional: Su presencia en Concepción y Chillán garantiza gestión coordinada, uso eficiente de recursos y equidad en las condiciones de formación en el territorio, un valor esencial en una institución pública.
  3. Coherencia estratégica: El MGE está articulado con la VRIP y alineado con el Plan General de Desarrollo Universitario (PGDU 2020–2029), asegurando que no solo responda al mercado, sino también a las políticas académicas institucionales.
  4. Acreditación y sello de calidad: El programa está acreditado por tres años (2022–2025) por la CNA, lo que garantiza un estándar sólido mediante evaluaciones externas rigurosas. Este sello respalda que el MGE opere bajo un sistema de aseguramiento de calidad robusto y eficaz.

Durante su proceso formativo, ¿de qué forma se hicieron presentes los principios orientadores del CUECH y cómo influyeron en su experiencia?

  1. Inclusión y equidad de género: Las cohortes presentan una matrícula femenina destacada: 55% en 2022 y 75% en 2023, reflejo de políticas claras de equidad promovidas por la universidad pública.
  2. Vinculación con el territorio y participación ciudadana: La mayoría de los trabajos de grado responden a necesidades reales del entorno —salud, educación, gestión municipal, entre otros—, y las redes colaborativas con sectores público y productivo aseguraron formación conectada con la realidad nacional.
  3. Formación integral: Se promueve la responsabilidad social y se fortalece el perfil profesional mediante colaboración internacional (docentes visitantes, pasantías y giras de estudio a países como EE. UU., Argentina y España).
  4. Bienestar y calidad de vida: El programa cuenta con un sistema integral de apoyo estudiantil, que incluye servicios asistenciales, cofinanciamiento para actividades académicas y acompañamiento individualizado. Esta flexibilidad fue clave en mi proceso de retención y graduación.

Para concluir, ¿qué consejo daría a quienes están considerando iniciar un postgrado en una universidad pública?

Mi mensaje es de absoluta confianza: invertir en un postgrado en una universidad pública como la UBB es invertir en calidad, rigor e impacto social comprobado.

Mi recomendación es valorar el compromiso, la disciplina y la excelencia que exige este tipo de programas, y aprovechar el ecosistema de apoyo y la valiosa red profesional que ofrece. Es una oportunidad que transforma trayectorias y abre puertas a niveles académicos y laborales de alto impacto.